Franz Dischinger (1885-1956) representa un hito sereno en el progreso del hormigón. No fue un genio al estilo mediterráneo, pero su teutónica y rigurosa aportación al progreso del hormigón supuso la consolidación del conocimiento y la praxis en hormigón estructural.
Discípulo de grandes maestros, Dischinger fue uno de los primeros estudiosos teóricos que realizó su tesis doctoral (Dresde, 1928) en el ámbito del hormigón estructural, sobre el tema de las láminas de hormigón para cubrir grandes espacios. Piénsese que en aquellos años se había desarrollado ya un importante corpus doctrinal, aparato matemático incluido, que permitía resolver el problema analítico del cálculo de las tensiones en superficies tipo membrana y, bajo ciertas condiciones, de láminas. No resulta difícil de entender que el material idóneo para adaptarse a esa circunstancia era el hormigón, precisamente por su cualidad formácea. De ahí que el empleo del hormigón en formas antifuniculares resultase altamente atractivo y sin competencia, en un momento en el que las cimbras y los encofrados no resultaban aún prohibitivamente caros.
Con el apoyo de la empresa para la que trabajaba (Dyckerhoff und Widmann AG), Dischinger realizó una amplia campaña de ensayos que permitió detectar la necesidad de materializar adecuadamente las condiciones de contorno de las láminas, por la presencia de esfuerzos parásitos con indeseables tracciones. La figura 1 recoge uno de esos ensayos, convertidos, como ya hicieran Hennebique o Maillart, en convincentes cartas de presentación del producto. De hecho, las cubiertas laminares ganarían adeptos entre los ingenieros y los arquitectos del inmediato futuro, muy en particular Torroja, Nervi o Candela.
Figura 1. Ensayo de un paraboloide de mínimo espesor (1931) para la casa Dyckerhoff und Widmann AG (DYWIDAG).
En 1939, Dischinger publica sus trabajos sobre la predicción analítica de los fenómenos de la retracción y la fluencia del hormigón. Eran conocidos desde hacía más de veinte años (Freyssinet, Torroja, entre otros, los habían sufrido ya), pero fue Dischinger el primero de sistematizar la información, realizar ensayos y proponer un modelo analítico de predicción de tales deformaciones. Esos trabajos estarían vigentes durante más de treinta años.