Emil Mörsch

Emil Mörsch

La figura de Emil Mörsch (1872–1950) destaca como proyectista, docente, investigador y divulgador de las esencias resistentes del “nuevo material”. Hombre modesto y bonachón, a pesar de la fiereza de la foto del margen, entregado a su familia y a su profesión, Mörsch trabajó primero para los ferrocarriles suevos, pero fue pronto fichado por la firma Wayss und Freitag, en 1901, como ingeniero jefe y responsable de la línea de investigación de esta empresa, iniciada hacía varios lustros cuando se hizo con los derechos de la patente Monier.
Mörsch proyectó y construyó diversas estructuras, destacando el soberbio puente de Grünwald, sobre el río Isar (figura 1), cimentado sobre la sólida base de un profundo conocimiento de las cualidades resistentes del hormigón.

Su teoría se basaba en la hipótesis, contrastada con ensayos, de que el lugar geométrico de las fibras deformadas es un plano (hipótesis de Navier–Bernoulli), en la validez de la ley de Hooke para los dos materiales (hormigón y acero) y, finalmente, en la adherencia perfecta de ambos materiales, de forma que, en la zona de contacto:

 

 

Esas hipótesis son las mismas que se siguen utilizando 100 años después.

Otro campo, en el que resultó aún más pionero, fue el del cortante y la torsión. La figura 2 muestra una de las figuras de su explicación del fenómeno.

 Figura 1. Puente de Grünwald, sobre el Isar, obra del joven Mörsch (1904). El puente consta de dos arcos de 70 m de luz y 8 de anchura.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 2. Identificación del modo de rotura de cortante y distribución de tensiones tangenciales (parte inferior) en una sección.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En 1903 Mörsch formó parte de la comisión que redactó las primeras normas alemanas, publicadas en 1904. Ese mismo año se trasladó a Zurich para hacerse cargo de la cátedra de un “todo uno” que englobaba resistencia de materiales, estructuras de hormigón y puentes. Su estancia en Suiza coincide con el periodo más fructífero de su vida.

En 1908 regresa Mörsch a Stuttgart y a “su” Wayss und Freitag, de la que ya no se separará. Catedrático en la capital sueva (1916), publica su obra cumbre Der Eisenbeton. Seine Theorie und Anwendung (“Hormigón armado. Teoría y práctica”), cuyo título refleja una de las máximas de su vida: “no hay nada más práctico que una buena teoría”. Maestro de maestros (Bonatz y Leonhardt se cuentan entre sus discípulos), mantuvo una científica y encendida polémica con Franz Dischinger hasta el final de sus días.

 

Category
Personajes